Amanecer


Sé que en el viaje hacia el cielo hay flores que no danzan. Quizás porque el viento no mece sus pétalos hacia el sol del atardecer o tal vez porque los inviernos de la tierra las convirtieron en meras testigos del rocío. ¿Acaso no ves tú, elevada justicia que honras las mañanas de toda criatura, que estas dignas mensajeras custodian el paso de la belleza? Su hermosa actitud merece un trozo de azul entre las praderas de tu paciencia. Pues en las tardes de tormenta, sus nobles almas acunan el silencio y en los tímidos claros sus corazones se levantan en honor a tu presencia. ¿Acaso esto no son muestras de franqueza y vigor? Tal vez escondiste tus virtudes en la fragilidad de estos delicados tallos y en tu infinita compasión les reservas un nuevo amanecer en copas soleadas.


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2016 - Entre dos tés