Indomable impermanencia


La inquietud entra en la jaula del conocimiento esperando encontrar el cielo, sin saber que hay que descalzarse de palabras para cruzar la orilla del silencio.
En la incansable búsqueda de la existencia, la curiosidad se aburre cuando se sacia y sólo la inocencia de la pregunta se mantiene hambrienta.
La indomable impermanencia me arrastra a florecer con la experiencia y a su vez lentamente me marchita con la voz de su conciencia infinita.
Nos damos las manos al encuentro de un círculo de miradas que ya no serán más ajenas, sino libres de sus penas y hermanas de su tierra.


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2016 - Entre dos tés