El horizonte del océano no titubea con los recuerdos de tu pasado. Es vasto y firme ante cualquier idea humana. El impecable infinito azul es un filo frente a todo pensamiento. Sereno e inmutable rompe toda tentativa de una mente frágil. Es la flecha perfecta que separa el cielo. Cuerdo hasta donde se divisa su fin, te mantiene atento a su imponente trazo. Es la vía intacta de la ecuanimidad que vive en ti.
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